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Instituciones de Atenas



Los 9 arcontes pasaron a ser 10 con Clístenes, anuales y colegiados. El principal era el epónimo (øarxvn •epævnumos), que daba nombre al año civil. El arconte rey (øarxvn basileæuw) estaba al frente del culto, el polæemarxow, de los asuntos militares y de los 10 strathgoæi electos. Y los restantes eran los yesmoyæetai (tesmotetas) y el secretario del arcontado o grammateæuw. Los funcionarios menores eran los epimeletas (•epielhtaæi), nombrados o elegidos y de varia clase. Los jueces eran 600 ciudadanos de cada tribu (=6.000; mil de ellos, suplentes) o •hliastaæi (heliastas), elegidos anualmente por la Asamblea, adultos y epítimos y  formaban la Heliea (•Hliaæia). Se agrupaban en 10 salas o dicasterios (dikastæhria) de 500 jueces, estudiaban las causas (dæikai) y cada acusación escrita (grafæh), oían a los testigos (mæarturew) y, tras instrucción sumarial (•anæakrisiw), a los oradores (logogræafoi), para imponer pena (tæimhma), que ejecutaban Los Once. El Areópago, senado convertido en alto tribunal (tÆo •en •Areæiºv pæagºvdikastæhrion), reunido en la “colina de Ares”, se formaba con los ex arcones más prestigiosos. El gobierno municipal lo desempeñaban en Atenas diez •astunæomoi (astínomos). Había 10 inspectores de mercado (•agoranæomoi), 15 de transacciones (metronæomoi) y otros de vialidad (•epimelhtaæi).

Finanzas
El Consejo dirigía las finanzas comunitarias (koinÆh dioæikhsiw) a cuyo frente había un tesorero general o tamæiaw, cuatrienal y elegido por la Asamblea y asistido por diez pvlhtaæi (poletas), uno por tribu. La gestión ordinaria se encomendaba a los colacretas (kvlakræetai), sustituidos bajo Clístenes por diez apodectas (•apodæektai o receptores), uno por tribu, a cuyo servicio estaban los cobradores (præaktorew). 
Una especie de tribunal de cuentas lo formaban los logistas o contadores y los eutinos o censores, diez de cada clase, elegidos por las tribus (logistaæi, euyunoi). Los ingresos (pæoroi, præosodoi) y tributos (fæoroi, suntæajeiw) a los aliados de la Liga (summaxæia) se completaban con donativos (•epidøseiw) o impuestos extraodinarios (e•isforaæi) a los ricos y, desde 378, con las agrupaciones de contribuyentes, 120 atenienses acomodados por tribu reunidos en summoræiai de a 60. Los 15 más ricos de cada simmoría regulaban su aplicación y debían adelantar la cantidad de su bolsillo en caso urgente (proeisforæa). Otros gastos asignados a particulares eran las liturgias (leitourgæiai): para competiciones (gumnasiarxæiai), teatro (xorhgæiai) o legaciones (yevræiai•estiæaseiw). El Estado pagaba de una caja especial (yevrikæon) la asistencia a fiestas públicas de los necesitados. Gravoso era el encargo de armar una triera (trihrarxæia), a veces asignado a grupos (suntæeleiai) de 60 ciudadanos. 
  
  

 

el areopago, el partenon y la academia